sábado, 19 de diciembre de 2009

Principio del Vacío (Joseph Newton)

“Usted tiene el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día (no sabe cuándo) podrá precisar de ellos.
Usted tiene el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensa que en el futuro podrá hacer falta.
Usted tiene hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usa hace bastante tiempo.
¿Y Dentro Suyo?

Usted tiene el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas, miedos, etc.
No haga eso. Es anti-prosperidad.
Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a la vida.
Es preciso eliminar lo que es inútil en usted y su vida, para que la prosperidad venga.
Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que usted desea.
Mientras usted está material o emocionalmente cargando cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades.
Los bienes precisan circular. Limpie los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje. Dé lo que usted no usa más.
La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra su vida.
Los objetos guardados no estancan su vida, sino el significado de la actitud de guardar.

Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia.
Es creer que mañana podrá faltar, y usted no tendrá medios de proveer sus necesidades.
Con esa postura, usted está enviando dos mensajes para su cerebro y para su vida:
usted no confía en el mañana
usted cree que lo nuevo y lo mejor NO son para usted, ya que se
asegura con guardar cosas viejas e inútiles.
Deshágase de lo que perdió el color y el brillo y deje entrar lo nuevo en su casa, y dentro de sí mismo”



¿De dónde puede sacar fuerzas alguien cuando su visión del mundo resulta determinantemente desoladora?
¿Contra qué exactamente se debe luchar, cuando, supuestamente, se cae en la cuenta de que el rumbo futuro no brinda seguridad, y mucho menos satisfacción?
¿Qué puede contener tal violencia capaz de arrebatarle la confianza a alguien?

Realmente, es hora de asumir que tales posibilidades sólo pueden existir únicamente cuando el mundo parece cerrarse e ir apagándose poco a poco, volviéndose chiquito para acorralarnos; amenazándonos, imponiendo una ideal fatal: la inutilidad de la vida, la no contribución al engranaje de esta gran sociedad, o, en definitiva, la ausencia de un rol nítido.



Pero hay algo más. Elegir. Todas las personas estamos definidas gracias a lo que elegimos día a día. Esto abarca todo tipo de comportamientos. Ya sea los gustos al ahora de consumir una bebida, un disco, o un programa de televisión, la preferencia por pasar más momentos con algunas personas que con otras, la actitud de optar a quién dirigirle una sonrisa, o la decisión de qué hacer con el tiempo: el regalo que nadie nos explicó para qué es inevitable matarlo a cada rato.
Y aquí, con todo esto, aparece la idea de identidad.

Muchos son los factores que ayudan a concebirla y, aunque, es inevitable poseerla desde el día en que nacemos y todos quieren conseguirse una, para el bien de la propia convicción (mentora de las actitudes), existen también muchísimos dispositivos externos para alejar, al menos transitoriamente, la idea del amor propio, o autoestima.



Todos quieren una identidad fuerte. Que sea fuerte para soportar o para demostrar, para atacar o para defenderse, para ocultar o influenciar.
Para contrarrestar este perjudicial metamensaje externo, compuesto no sólo por la contaminación de los medios de comunicación hacia la claridad del pensamiento, sino por numerosos discursos que provienen de muchas personas, de muchos “ejemplos”, y arquetipos que intentan entrometerse en nuestra vida para conformar, condicionar y limitar justamente nuestra identidad, es preciso buscar la claridad frente a la toma de culquier desición.

No se trata de mirar como ajeno y tóxico todo los que sucede a nuestro alrededor, sino que es conveniente filtrar entre los argumentos solidarios que contribuyen, y los que ensucian la pureza.
Todo el tiempo, las voluntades de convencer a los pibes, a los jóvenes, a los soñadores, a los que intentan y a los que ponen huevos, asoman y están latentes con el claro y devastador objetivo de debilitar: Debilitar la fe en un futuro sincero y fiel a las concepciones del mundo y de la vida que cada un guarda dentro de sí. Sacarle fuerzas y tratar de hacer tambalear el orgullo que cada uno tiene por lo que hace, lo que pretende, y quiere hacer mañana. Desconcentrar la energía originada gracias a una determinada meta que cada uno siente, en virtud de orientar y clasificar a los esfuerzos, de inútiles e impotentes.



De este modo, entonces, y como si fueran pocos los obstáculos que naturalmente la vida prepara para cada uno de nosotros, se deberá luchar y estar atento en todo momento, de que no se esfume el optimismo, que cada día nos brinda energía, con una consecuencia para nada menor: Creer que la vida es nuestra, y que placer de disfrutar, elegir y caminar convencidos hacia algún lugar.



A Rául, un amante de Silvio Rodríguez y dueño de la risa más contagiosa que conozco, que tiene el papel de Newton del que les hablé al principio, pegado al lado de su computadora en la oficina, lugar en el que laburo con él.

lunes, 27 de julio de 2009

"Es Verdad"

¿Cuándo la razón dejará de enfrentar al instinto?

¿O es que nunca fueron enemigas?




Quizá esta guerra sólo sea producto de la curiosa mente humana, obligada por, y desde sus cimientos, a descubrir simplemente todo lo que sienta a su alcance.

Nada. Lo suficiente. Lo indeseable. Lo perceptible, así catalogado gracias a su simple existencia,
que desafía, propone, inocente, inconsciente, ser objeto de cualquier misterio animado, comunicado ser a ser,
agradeciéndole en lo eterno a la necesidad de vencer con sabias armas, inquietud cualquiera, opositora a la cómoda claridad, y siendo, ambiguamente, cuna de propósitos que desencadenan búsquedas a abundantes incógnitas en cuanto a realidades presentes, sumamente displancenteras, que hallarán
temporal y provisoriamente una estabilidad, a la que, consensualmente, llamásele Verdad.


sábado, 18 de julio de 2009

El monstruo de la educación


Instinto vs. razón.
Creatividad vs. educación
Corazón vs. Cerebro.

Que cada cual lo llame como quiera. Este enfrentamiento natural existe desde que el hombre dió su primer paso sobre la Tierra.

La que sucede al intentar profundizar en el tema, es que novela se complica, ya que ninguna de estas dos esferas nos perjudica. No hay malo ni bueno.
De hecho, la historia misma se encargó de demostrar que el exceso de uso tanto de la razón (que pasa a mutar en irracionalidad)como del instinto natural humano conducen a errores determinantes e irreparables.

Pero vamos a vincular directamente la esfera del sentimiento con el arte y la creatividad.
Soy un convencido de que todos necesitamos realizar, durante nuestra cotidianeidad, alguna actividad artística (en términos sumamente generales), ya sea el baile, el canto, la música en general, la pintura, la escritura, el teatro. Lo que sea que colabore con la armonía entre estas dos partes irreconciliablemente complementarias: el cuerpo y el alma.


El video publicado a continuación nos ofrece una de las tantas audiencias en las que el señor Sir Ken Robinson se pasea por todo el mundo fomentando un discurso realmente maravilloso y trágico a la vez, en el que levanta la bandera del talento universal, y revela a su vez una fría realidad que configura el motor de un sistema que intenta aniquilar desde la raíz, la validez extrema que contiene por definición cualquier expresión artística.
Cada palabra merece singular atención, es un discurso exquisito.

Disfrútenlo.



viernes, 17 de julio de 2009

Diálogo preludio

Ya está, tengo que crearme un blog.
No puede ser que siendo estudiante de comunicación todavía no tenga uno.
Para colmo me encanta escribir y estoy en una época del año en que no tengo demasiadas ocupaciones, así que es ahora o nunca.
-Como digas…
Aparte estoy rodeado de gente que ya se hizo uno o hasta dos o tres. Casi que me veo obligado.
-Sí, es verdad, mucha gente ya tiene su propio espacio de “opinión”. Parece que es muy saludable: Uno escribe lo que se le antoja y los demás, si tienen tiempo, lo miran. Y si tienen mucho, pero mucho tiempo, hasta pueden comentar. No tenés nada que perder.
Si, ya lo sé. Encima es como que veo que la gente que tiene blog es como que camina más desahogada, o contenta…, u orgullosa, no sé qué carajo es.
Espero que no me aburra, no me gustaría dejarlo abandonado.
-¿Pero de qué va a tratar el blog?
La verdad no tengo mucha idea. Puedo saltar con cualquier cosa, pero voy a tratar de centrarme en algún tema porque si no va a ser una página muy desorientada y hasta cabarulera. Sólo sé que tengo que hacerlo de una vez y ya.
-Dale, pero no escribas fruta porque no va a entrar nadie.
Pero la onda no es que entre gente. No es un fotolog. Es algo así como un lugar en las profundidades de la web para hacer catarsis. Sin que nadie moleste. Es eso
-Pero ¿y si entra alguien?
Todo bien
-¿Y qué nombre le vas a poner?
Uff, me mataste. Eso del nombre lo voy a tener que pensar mucho. Yo soy así, un tipo muy calculador. Tanto que, a veces, aburro.
-Tendría que estar relacionado con lo que vas a escribir.
Sí, ya lo sé. No digas obviedades. No te pago para eso. De hecho, no te pago. Pero me va a ser jodido buscar un nombre. Tiene que cerrar justo. Encima después hay que pensar un título, que quilombo.
-¿Qué es un quilombo? Sos demasiado vueltero
Vos porque no das la cara
-Pero es fácil, podés elegir un pedazo de letra de alguna canción por ejemplo
Pero no va a tratar de música
-El fútbol también te gusta mucho…
Sí, pero tampoco va a ser un blog deportivo
-¿Y entonces?
Nosé…, vamos a ver qué sale. Yo tengo ganas. Y con eso debería bastar. Lo más probable es que termine mezclando algunas reflexiones provocadas por lo pasos cotidianos que uno mete a través de los días con algunas que otras historias, o experiencias personales.
-Yo te voy a ayudar
Creo que te voy a necesitar. Pero bien. Despierta. Atenta. Preciso que seas capaz de encontrar las palabras justas para describir que es lo que pasa…, que puedas atar cabos y unir hechos y pensamientos tal vez oscilantes, para conformar relatos hermosos.
-Estás pidiendo demasiado sin darme a conocer ni un detalle.
Ya lo sé, entonces si te jode tanto no me ayudes y listo
-No puedo evitar guiarte, y mucho menos hablarte.
Supongo que tenes razón
-“Arpegios fugaces”
¿Eh?
-Ese nombre está bueno, “arpegios fugaces”
Es malísimo, encima lo de “fugaz” no me cierra. ¿Por qué fugaz? Fugaz las pelotas. Lo que quiero escribir vale…Igual me gustó lo del arpegio.., está vinculado con la música, que la amo.
-Bueno.., algo es algo... Mandále “arpegios reflexivos”
No…, definitivamente no tiene feeling
-Ah bueno, perdón …chico sofisticado. “acordes perligrosos”
No, definitivamente no entendés la idea. ¿Qué tiene de peligroso un arpegio? Tiene que ir más allá. La segunda palabra tiene que ser una cualidad, pero …”feíta”.
-Mmmm.. “arpegios irritantes”
Ehhh.., no está mal, pero la verdad no intento irritar ni ofender a nadie. Aparte eso de arpegios así en plural no me cabe. Es medio barato y me suena a banda rollinga de 7 meses de vida útil...
-Ya nosé que más decirte, me quiero ir a dormir.
¿Ves?¿ Así me vas a ayudar? Horrible!, ¿Por qué no te vas? A veces me gustaría que pases inadvertida porque no paras de desenterrar incertidumbres por su puesto muy molestas.
-Ahí esta boludo, “el arpegio inadvertido”. Es justo lo que querés. Un arpegio, hermoso por definición e injustamente desvalorizado a veces por las personas que, hartas de preocupaciones, no pueden dedicarse ni un minuto para sí mismas para escuchar así las melodías profundas, innatas y sinópticas que emanan sus corazones, y, por tanto, pasan inadvertidas. Es muy metafórico. Es perfecto.
Me convenciste. La verdad, creo que está bien. Tema cerrado. Ahora o nunca
Se me hace que va a estar bueno. Tengo ganas. No sé porqué no lo había hecho antes
Espero no nos contradigamos demasiado…porque presiento que no estaría bueno estar peleado con vos. Separados digo. Eso me vería obligado a seguir instintos satisfactoriamente fatales, y por ende, me convertiría en un hombre infinitamente peligroso y sumamente susceptible a ser tildado de “incoherente”, ¿no?
-Exactamente. Así funciona esto. Vos y yo juntos
Nosotros
-¿Vamos?
Vamos...